miércoles, 5 de julio de 2017

Columna Invitada....No Respondo.....El certificado de honestidad

Por más que averiguo, no encuentro dónde es que está la oficina a la que hay que acudir a apuntarse para sacar el certificado que acredita en el país a los que son honestos. Quisiera curarme en salud, porque veo caer a diario honras y reputaciones bien ganadas, además de que me provoca curiosidad conocer a los que ostentan el derecho de determinarlo. De buena fuente me aseguran que no existe tal oficina, y que los fusilamientos morales los ejecutan personas autoconvencidas de que son el rasero moral de la sociedad y de que si no se coincide con ellas, automáticamente se pasa a ser escoria. Personas que, enquistadas en medios de comunicación y desde redes sociales, dan cátedra de moralidad en paños menores, y a quienes la principal virtud que les adorna es su miseria humana.

NELSON RODRIGUEZ / DIARIOLIBRE
Por más que averiguo, no encuentro dónde es que está la oficina a la que hay que acudir a apuntarse para sacar el certificado que acredita en el país a los que son honestos. Quisiera curarme en salud, porque veo caer a diario honras y reputaciones bien ganadas, además de que me provoca curiosidad conocer a los que ostentan el derecho de determinarlo. De buena fuente me aseguran que no existe tal oficina, y que los fusilamientos morales los ejecutan personas autoconvencidas de que son el rasero moral de la sociedad y de que si no se coincide con ellas, automáticamente se pasa a ser escoria. Personas que, enquistadas en medios de comunicación y desde redes sociales, dan cátedra de moralidad en paños menores, y a quienes la principal virtud que les adorna es su miseria humana.
Por más que averiguo, no encuentro dónde es que está la oficina a la que hay que acudir a apuntarse para sacar el certificado que acredita en el país a los que son honestos. Quisiera curarme en salud, porque veo caer a diario honras y reputaciones bien ganadas, además de que me provoca curiosidad conocer a los que ostentan el derecho de determinarlo. De buena fuente me aseguran que no existe tal oficina, y que los fusilamientos morales los ejecutan personas autoconvencidas de que son el rasero moral de la sociedad y de que si no se coincide con ellas, automáticamente se pasa a ser escoria. Personas que, enquistadas en medios de comunicación y desde redes sociales, dan cátedra de moralidad en paños menores, y a quienes la principal virtud que les adorna es su miseria humana.