sábado, 23 de abril de 2016

Encuestas que ponen loco...

Sin dudas, el Gobierno ganó la guerra de números
 
 
Las encuestas han dado tanta agua a beber a los grupos de oposición, que no quieren hablar de ellas, y si por cosa del destino se las encuentran en la calle, cambian de acera.
 
Los más radicales las comparan con la más cruel de las torturas aplicadas por Estados Unidos a los sospechosos de terrorismo. La de echar agua sin parar por boca y nariz. En la cárcel de Guantánamo saben de eso, como también, en su momento, en la prisión Abu Ghraid.
 
El fastidio, incluso, no es tanto por las encuestas o los porcentajes, sino por la frecuencia. Como si nadie estuviera convencido y todos quisieran confirmar.
 
Una de las firmas que les hacía mejor trabajo perdió el contrato, por lo que su campaña navega sin brújula o vuela con piloto automático, como si los instrumentos y no las personas fueran suficientes.
 
Aunque al percance le encontraron una salida genial: que en el Palacio tienen una mesa de encuestas, que se barajan como cartas, y en cada circunstancia los estrategas escogen la mejor. Como si fuera una paletera con chicle de canela y menta verde, y según el gusto. Sea que se quiera masticar o chupar.

Pildorín diría: mete la manita, sí, sí…(De Buena Tinta-Diario Libre)