Honduras inauguró el
miércoles el mayor parque de energía solar de América Latina y el
Caribe.
El galardón energético parece romper las rutinas de un país del
que a diario surgen abundantes noticias de masacres y múltiples formas de violencia,
o de corrupción e inestabilidad e intrigas políticas y en el que dos
terceras partes de sus 7,8 millones de habitantes vive en condiciones de
pobreza, mientras el 10% que recibe los sueldos más altos acapara el
42% del ingreso nacional y el 10% más bajo solo recibe el 0,17%.
Con una capacidad instalada para producir 100 megavatios (MW) al año
con dos plantas de 50 cada una y con la posibilidad, según la demanda,
de llegar a alcanzar hasta 140, el complejo es privado y comenzó a
operar en la aldea La Llave, del municipio de Nacaome, del sureño
departamento de Valle. La nueva central fotovoltaica de Honduras supera a
las que existen en Chile y México, líderes en este sector.
En junio de 2014, Chile inauguró una estructura que genera 100 MW y
hasta ahora ha sido la más grande en América Latina y el Caribe. México
dispone de irradiaciones superiores a 4,5 kilovatios por hora por metro
cuadrado por día en el 70% de su territorio, pero sus plantas son de menor capacidad que la nueva de Honduras, que surtirá al sur del país.
En su producción máxima, la Planta Solar Fotovoltaica Nacaome-Valle
aportará más del 10% de la electricidad requerida por Honduras, que en
2014 tuvo una demanda energética nacional de 1.336 MW, y reducirá la
dependencia de la importación de combustibles fósiles, con una factura
petrolera que el año anterior llegó a 1.969 millones de dólares.
El parque generará más de 1.100 empleos directos en 10 meses y está
desarrollado por el consorcio hondureño Sopossa-Cohessa, propietario de
las firmas locales Solar Power y Compañía Hondureña de Energía Solar,
con financiamiento interno y externo.