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martes, 30 de mayo de 2017

“Sgt. Pepper”, 50 años de grandeza

Cuando Brian Wilson, líder de Los Beach Boys, escuchó el álbum en una sesión privada, se quedó asombrado. Él, que estaba preparando un disco con su grupo de surf, pensando que sería la quintaesencia del rock, pasmado, desechó la idea. El Sargento Pimienta era lo mejor que había oído, lo más grandioso, revolucionario; una obra de arte, para acabar pronto.
Han transcurrido 50 años desde el lanzamiento de Sergeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band (La Banda del Club de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta) y el LP sigue sonando tan fresco, audaz, diferente, impactante, como el primer día.


La crítica no deja de maravillarse con esta colección de composiciones de Lennon y McCartney (más una de George Harrison) y eso que ha pasado ¡medio siglo! De hecho el Cuarteto de Liverpool se mantiene hoy en día como el parteaguas de la música de rock que transformó al mundo, pero hablar de Sgt. Pepper es, simplemente, otro rollo.


Producido por George Martin, el bien llamado Quinto Beatle, los trabajos para el álbum comenzaron en diciembre de 1966 y culminaron el 2 de abril de 1967. El mismo fue lanzado el 1 de junio de este mismo año, con la certeza de Paul McCartney de que sería un acierto, pero sin sospechar jamás que llegaría a caracterizar una de las décadas más emocionantes y turbulentas del siglo XX: los alocados años sesentas.
Los cientos de miles de jóvenes que acudían en tropel a San Francisco en Estados Unidos, para vivir en el ruinoso distrito de Haight-Ashbury, constituían el vigor del movimiento hippie con sus coloridos atuendos, lo que, aunado al clamor pacifista del “peace and love” que enarbolaban, contribuyó en gran medida al éxito inmediato del álbum.
Los Beatles incluyeron una docena de composiciones nuevas más un “reprise” que muestran a unos Beatles diferentes, evolucionados, más ricos en sus estructuras rítmicas y en sus melodías. La versatilidad de su repertorio, sus letras y la destreza con que ejecutan sus instrumentos nos permiten disfrutar de una obra musical llena de imágenes, amén de  los temas a tratar y la forma de manejarlos.
CIELOS DE MERMELADA
Revolucionarios, además, porque nunca antes en la escena del rock habíamos escuchado en un disco cortes hilados, sin el surco de enmedio, el del silencio que da paso a la siguiente melodía, y mucho menos una misma rola en dos versiones: la que da título al disco y su repetición, pero distinta. Y ahí iba impreso en ese trabajo conceptual, el alucine de los hippies en un mundo multicolor de flores en el pelo, collares, árboles de mandarina y cielos de mermelada.
John Lennon negó una y otra vez que las iniciales del tema Lucy in the Sky with Diamonds (Lucy en el Cielo de Diamantes) fuese un anagrama de la droga sintética LSD, aunque por la letra de “marmalade skys” no podía ser de otra manera después de escuchar “a girl with caleidoscope eyes” (la chica con ojos como de caleidoscopio”.
Se vivían tiempos de drogas y psicodelia y era obvio que Los Beatles consumían alucinógenos. Sin embargo, Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band quedó para la posteridad como el disco más importante de los Fabulosos Cuatro y el mejor en la historia del rock. (Aunque para mí la discografía completa de los melenudos es una delicia. ¿Remember Abbey Road y Let it be?
Tuvo un costo de 100 mil dólares de aquellos tiempos y fue grabado en dos estudios, uno de ellos Abbey Road que entonces se llamaba EMI.
Con el éxito deslumbrante de la obra, Los Beatles se volvieron todavía más sensibles en su poder para influir en grandes cantidades de gente.  Cincuenta años han pasado desde entonces, y el Sargento Pimienta continúa sonando tan fresco y su vigencia permanece. Loa, pues, a Lennon y McCartney, Harrison y Star.