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martes, 9 de febrero de 2016

La radio en los tiempos del cólera


Un error recurrente de gente que adquiere emisoras de radio, es la de querer programarla en base a sus gustos y preferencias, sin parar mientes en que hay que establecer el target del  núcleo de oyentes a quienes se desea  llegar.
 
Y acontece lo que le sucedió a Juan Luis Guerra, quien adquirió la emisora y frecuencia de FM de Radio HIN y la programó, él personalmente, como una estación de radio de “música del mundo”, como decía y pretendía, colocando en la pauta musical los temas que a él le gustaban, con exponentes de Africa, de Europa, Asia. 
 
Más atrás, cuando el general Ney Nivar Seijas adquirió a Radio Clarín, la más potente de su tiempo, en A.M. y Onda Corta, en una frecuencia heredada de Radio Caribe “La Voz Antillana que da la vuelta al mundo” en la época de Trujillo, pero que operaba a veces como un tocadiscos personal.
 
Ya hemos contado que cuando el general estaba de fiesta en su finca de San Cristobal, en Cambita, llamaba desde allí a la emisora, para que el locutor de turno le pusiera boleros en medio de un programa de merengue, o le tocara los discos de la era de Trujillo.
Era la radio rudimentaria de esos años.
 
Las cosas hoy día han cambiado. Pero no tanto...
 
Cierto es que hay estaciones de radio que se rigen por criterios modernos de programación, dirección y enfoque programático.
 
Pero persiste el método de gente de dinero, que de repente invierte en la adquisición de una emisora de radio.
 
Que sin una definición estructural ni de criterio se dedican a tocar la música que a ellos les gusta, sin ton ni son, y luego se quejan de que no alcanzan niveles de audiencia ni de facturación para mantenerse.
 
Al igual que ayer, pretenden operar sus emisoras como una “caja de música” particular, sin reparar en que hoy día la radio es un negocio que hay que establecer y regir con criterios muy definidos y claros. 
 
Por lo demás muy costoso, tanto así que terminan agotando recursos y capitales de trabajo que se esfuman como por arte de magia.
 
Sólo hay que ver que ¡se ha tragado hasta a bancos!
 
No es casual que se haya establecido, como  norma que esas entidades financieras no incursionen en ese tipo de negocios.
 
¿O acaso, por qué Popular se alejó de medios como CDN?.

No más palabras, ¡magistrado!
 
merengala.blogspot.com