Fausto
Mata tiene razón en algo que decía recientemente en una entrevista en
la que hablaba de por qué defiende de manera vehemente el cine
dominicano, a propósito de la actitud que mucha gente adopta de
menosprecio a lo nuestro.
Dijo que si por ejemplo Brad Pitt viene al país a filmar una película en los estudios Pinewood Indomina de los Vicini, en Juan Dolio, exige que le pongan el trailer o camerino móvil al lado de un campo de golf para él jugar en sus tiempos libres y lo complacen.
Pero un actor dominicano en una filmación no puede pedir que le pongan ni un Gatorade para refrescarse, pues de inmediato hay gente que lo considera “muy exigente”, y que está “privando más de la cuenta”, siendo un "arrastrado" que vino de un barrio pobre.
¡Eso es real!, lo que dice con justificada razón Fausto Mata, con relación a la cultura de miseria que exhibe mucha gente de aquí, (que por eso no progresa), que andan criticando lo que hace el otro.
Es como el pobre, para el cual siempre lo que gaste o haga el rico con su dinero será un derroche.
Porque no hay quien lleve más la vida del otro que un pobre de esos que arrastran su miseria.
El
que tiene dinero no anda mirando la del otro. Digo, si es rico de
cuna, o pertenece al sector de sangre azul de las familias dominicanas,
equivalente a la realiza europea.
Y decimos eso porque si tiene dinero y está atento al otro, jure usted que se trata de un nuevo rico. ¡Un jodío con cuartos!, de esos que viven de la ostentación, en una competencia de riqueza para ocultar su pobreza espiritual y los complejos convertidos en fantasmas, que no los dejan vivir en paz.
Bien por Fausto Mata.
El artista que se cotiza y se valora debe exigir eso y más…Dejar de actuar como si le estuvieran haciendo un favor cuando lo ponen en una película, donde a ellos es que la gente va a ver, y los que definitivamente generan el dinero, que a veces se queda en manos de alguna gente.
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